Crónicas de tu virginal piel

[... embarge mis sueños... todos mis sueños, dame tu amor... dame tu amor esta noche.. y podre pagar]

Cuando abrí mis ojos su frágil cuerpo había dejado de respirar, la envolví con la misma sabana de la otra noche, algo gastada de tanto lavarse, y el olor a sangre que ya no se le quitaba tan fácil. Sus ojos estaban desorbitados y sus manos apretaban fuertemente mis brazos, como siempre tuve que quebrarle sus pequeños y deleznables dedos para poder zafarme de ella. Todo iba de acuerdo al plan, la llevaría a aquel bosque y nunca más nadie la vería, y nadie sospecharía de un correcto señor de la alta sociedad, y sobretodo si yo era el que estaba a cargo de la investigación sobre las mujeres desaparecidas en los últimos cuatro meses.
La subí a la precaria camioneta que hace algún tiempo había comprado para poder llevarlas y no levantar ni una sola sospecha, mi mente disfrutaba recordando el grito desesperado de la mujer por salvar la vida, me producía un placer enorme asfixiarlas, arrancarles la vida, verlas desesperarse, agitarse como locas, y poco a poco verlas desvanecerse, hasta que la vida se les escapaba. Las imágenes se repetían una y otra vez en mi cabeza, como un filme antiguo, era tan fácil engañarlas, solo tenía que chistar los dedos y caerían enseguida.
Me adentre en el bosque, siguiendo el mismo camino de costumbre, la misma fosa, el mismo olor. Detuve la camioneta y haciendo una pequeña reverencia abrí la puertecita de atrás, tu cabello color miel resaltaba con manchones rojos, y bese tu boca en señal de despedida (el mismo ritual de cada semana), tu rostro pareció agradecido.
Nos alejamos de la camioneta, y tu pequeño cuerpo se hacia cada vez mas pesado, en mi mente quedaban los recuerdos de haberte echo mía, tu un ángel puro y casto, tu primera vez fue la ultima vez, eso me animaba mas a seguir con mi próxima victima.
Comencé a cavar tu lecho de muerte, tan rápido como pude, el amanecer estaba próximo, nada debía salir mal, recogí el bulto del suelo y lo introduje rápidamente, una mano salio por entremedio de las sabanas como diciendo adiós, recordé tus rizos dorados… adiós mi pequeña Amanda…

Continuara


by Nightmare!